jueves, 6 de noviembre de 2008

Belleza, música celestial y profesor Bacterio

Aleiu, sufridos lectores de mi blog,

voy a narraros lo que me ha acontecido hoy por la mañana: me dirigía yo a la biblioteca municipal de cierto barrio bilbaíno cuando en un paso de peatones, aprovechando la espera para que apareciera Verdelio y se escondiera Rogelio, una señora entradita en años ha decidido, no sé con qué excusa, darme charleta. Y yo, como soy como soy, le he estado dando palique hasta que ha aparecido Verdelio y más. Ha empezado explicándome sus obligaciones de "abuela-madre" (que son las de casi todas las amamas de hoy día: seguir preocupándose por sus hijos y, encima, criar a los nietos). Pero, eso sí, a ella su yerno la tenía en un pedestal porque más de una vez la ha sacado la cara delante incluso de su propia familia, claro que ella le adora y le respeta muchísimo. Además, ambos se han portado muy bien con el otro... el caso es que, al concluir la charla y despedirnos la mujer, encantadora ella me ha dicho: "bueno, guapísima, que tengas mucha suerte, que eres muy guapa, muy guapa...". Yo he musitado un "gracias" y he empezado a oír una música sacra, como de coro celestial. De pronto, he crecido varios palmos. Los hombres que pasaban me miraban con deseo y las mujeres con envidia. Los abuelos me sonreían con los rabitos de sus boinas enhiestos y los perros que paseaban con sus dueños venían a olisquearme y a pedirme caricias. Una ambulancia que pasaba ha dejado su "ninonino" para entonar el "I was born to love you de Fredy Mercury" y un vendedor de la ONCE me ha guiñado el ojo.
Y así han sido las cosas hasta que mi mirada se ha topado con mi alter ego reflejado en el espejo de un escaparate y la música celestial ha parado súbitamente (como si alguien hubiera retirado la aguja del disco demasiado apresuradamente, rayándolo). "Por Dios-he pensado- esta señora era una mentirosa de cojones". He mirado a mi alrededor. El ruido del tráfico y las voces de la gente que pasaba han vuelto a inundar la escena. Ya no había miradas de deseo ni de envidia, ni rabitos tiesos ni perro que me ladrara. He vuelto a mirar mi reflejo y he distinguido, más allá de él, en el interior de la tienda, la figura de una mujer con (probablemente) su nieto en brazos. Héte aquí que el bebé me ha visto y ha empezado a partirse el culo. Yo le he sacado la lengua y él se ha revolucionado aún más. Su boquita desdentada ha dibujado una sonrisa de oreja a oreja. Para qué quería más. He seguido haciendo monerías sin darme cuenta de lo que pensaba el personal que pasaba (prefiero seguir en la ignorancia).
Entonces he caído en la cuenta: "Ya está. La señora ha mirado más allá, como el bebé, como yo. Esta mujer lo que ha visto ha sido mi belleza interior". Y así, convencida de que tres personas en el día de hoy habíamos descubierto la belleza interior de otro, he seguido camino rumbo a la biblioteca. En mi cabeza ha vuelto a sonar una musiquita, pero no la del coro de antes. Era el "Here comes the sun" de los Beatles.
Y así he llegado a la biblioteca, feliz por ser fea por fuera y guapa por dentro. He depositado los libros sobre la mesa del bibliotecario (que guarda un parecido increíble con el profesor Bacterio de Mortadelo y Filemón -mismas barba y calva) y entonces la musica ha cesado con más violencia que la vez anterior. La mirada desdeñosa del funcionario me ha recordado que estoy a dos milésimas de convertirme en la usuario non grata del año porque nunca entrego los libros a tiempo. Si hubieramos hablado la cosa habría sido tal que así:
-Hombre, la torpeda que nunca viene en el plazo.
-Perdona, pero es que estos últimos días he andado algo liada...
-Ya, lo de siempre. ¿Por qué no coges "Blancanieves" la próxima vez?
- ¿Y por qué iba yo a querer leer "Blancanieves"?
-Pues porque tiene 14 páginas y la letra en Times New Roman, cuerpo 16. A ver si así, con uno cortito, acabas dentro del plazo.
-Pero tú, tú, tú.... vale... ¿sección infantil?
-Sí, pero no puedes llevártelo hoy. Tienes multa. Vuelve la semana que viene.
-Gracias, Bacterio, digo, señor de los libros.
Ay, así es la vida, sube y baja, guapa, fea... That's life. Me voy a comer.
Besitos.

4 comentarios:

Elisa dijo...

Se me ocurren varios comentarios a tu experiencia "cuasi-religiosa" camino de la bibliteca:
1º) ¿Sabes si la amama del semáfono pasa todos los días por el mismo sitio? Lo digo por acercarme yo, que no me vendría mal una sobredosis de autoestima; total, con no mirarme en ningún escaparate ni espejo en un lo que quede del día... lo suficiente para sentirme encantada de haberme conocido durante un ratito...
2º) Los que de verdad, de verdad, distinguen la belleza, tanto interior como exterior, son los niños (no sé si tambien los borrachos, o eso debe ser para otra cosa..). Bueno, que si el bebé te ha hecho "monerías" no lo dudes: estás como un tren.
3º) A ver si devolvemos los libros a tiempo a la biblioteca, que luego las demás tenemos que esperar un montón a que nos avisen para conseguir el último best-seller (yo concretamente llevo esperando 2 meses para poder leer Blancanieves).
4º)Y, por último, si de algo te sirve mi opinión: estoy totalmente de acuerdo con la señora del semáforo : ERES UNA CHICA MUY, MUY GUAPA (y no sólo por dentro, que también...)

mimenda dijo...

Esta Elisa es la bomba. Procuraré enterarme del horario de la amama, pero, hasta entonces, tengo que decirte que tú si que estás estupenda. Y no eres maja, ni ná. Jo. Un besote.

Trapu. dijo...

WOW!!!
Pues yo que no soy borracho, tampoco amama, no leo ni espero libros libros de la biblioteca, miope de interiores y cada vez soy menos niño declaro: Que tampoco llebo txapela,,, por que sino cada vez que te viera se me ergiría el rabillo!!!.
Un besote.

Susana dijo...

Pues desde luego eres guapa por dentro y por fuera!!!!.Sin embargo, yo el otro día me senté en un banco para fumarme un cigarrito y aprovechar unos rayitos de sol... y en esto vino un jubileta y me increpó:"Chavala, que se te van a estrechar las arterias!!!", me dió un susto de muerte y apagué el cigarro rápidamente...Pero, luego pensé "que coño!, antes muerta que estrecha!!! y me encendí otro".

Al poco rato vino un hombre mayor y se sentó a mi lado.Hablamos del clima, de la crisis mundial, de la familia...En esto me preguntó " y tú de que vives?" y le dije " de lo que tengo en el banco".Me miró fijamente, miró el mueble sobre el que me aposentaba, me volvió a mirar... se levantó y se fue..
Conclusión: lo mío no tiene arreglo ni por dentro, ni por fuera. Ahora vivo de lo que tengo en La Caixa.
Besos!!!!